Un sabio en busca de diálogo - John Briggs
El físico David Bohm, antiguo colaborador de Einstein, lleva cincuenta años desarrollando la hipótesis de que el universo forma un todo continuo y sin fisuras. Estas son sus opiniones.
¿Qué es lo que ha aprendido de sus investigaciones científicas sobre la naturaleza que le parezca importante compartir con nosotros, legos en la materia?
La necesidad de comprender que el mundo es un todo. La tendencia actual a fragmentarlo no es correcta. Hay que entablar un diálogo serio a fin de evitar mayor fragmentación y reparar la que hay en curso. No creemos que el entendimiento fragmentario de la realidad sea un problema, porque tenemos la suposición metafísica inconsciente de que la naturaleza está compuesta de fragmentos separados. Pero si miramos, por ejemplo, el problema de la contaminación, eso no es así. Un grupo de gente quiso fabricar aerosoles, sin pensar en las consecuencias. Pero resulta que el gas escapa, y ataca a la capa de ozono. O en la Amazonía dicen que queman la selva para obetner su porción de tierra cultivable. Los rusos producían energía nuclear para resolver sus problemas, pero Chernobil explotó y afectó a media Europa. Ninguna de estas actividades tiene en cuenta que todo está dinámicamente interconectado. No estoy en contra de tratar las cosas como partes, pero una parte no halla su significado más que en la totalidad.
Usted lleva muchos años de estudio de la teoría cuántica. ¿Hay algo en ella que sugiera la idea de un todo fundamental en la naturaleza?
A principios de este siglo, se observó que el hecho de que un electrón actúe como onda, o de que una onda actúe como un electrón, depende de las condiciones en las que se realiza el experimento. Es decir, depende de su entorno. Esto contradice la idea mecanicista - que comenzó a gestarse en el siglo XVII y que hoy todavía impera - en la que una parte es independiente de lo que le reodea. En los experimentos cuánticos, vemos que lo que sabemos del átomo como resultado de nuestro intento por verlo no puede separarse del contexto en el que el átomo existe, que incluye nuestra observación. Tomemos, por ejemplo, la superconductividad. Es una buena ilustración de un fenómeno dificil de explicar con el modelo mecanicista.
¿Qué es la superconductividad?
De ordinario, cuando se envía una corriente a través de un metal, los electrones que constituyen esa corriente encuentran mucha resistencia. A medida que van atravesando el metal chocan con diversas imperfecciones y se dispersan. De esta manera, empiezan a moverse al azar y pierden impulso. Pero en la superconductividad la corriente fluye indefinidamente, sin resistencia alguna. Esta propiedad solo aparece a temperaturas bastante bajas, en las que los electrones, juntos y con mucha energía, desarrollan de repente un movimiento que permanece en orden y no al azar. Aquí vemos que en un caso - a altas temperaturas - los electrones actúan como partes, mientras en otro caso - a baja temperatura - actúan como una unidad.
¿Cómo se explica esta diferencia en el comportamiento del electrón?
Mi idea es que un electrón es una partícula que va acompañada por una nueva clase de campo, al que podríamos llamar holístico. Un campo es algo que se extiende en el espacio. El imán es un buen ejemplo. Si desaparraman limaduras de hierro sobre un papel y se coloca un imán debajo, tendremos un campo que se irá debilitando a medida que se extiende en el espacio. El electrón posee un campo sutil de información activa que guía sus movimientos y que se halla finamente entretejido en su entorno. Podríamos decir que este campo sutil del electrón tiene una calidad mental rudimentaria.
Los antropólogos que han estudiado la conducta de grupos cazadores-recolectores, dicen que esta gente se sienta en un círculo sin tomar decisiones, y entonces parece que saben lo que han de hacer. No tienen un completo individualismo, ni sienten una presión colectiva. Es una forma de vida que no lleva al estrés que tenemos ahora. Sólo con el desarrollo de la tecnología creamos la autoridad, el premio y el castigo para que otros adopten nuestras ideas. Tuvimos que crear ejército para proteger estas ideas y toda clase de cureldad, tortura y engaño. Es decir, el crecimiento tecnológico ha empeorado nuestra situación psicológica.
Pero ¿no dicen los antropólogos que es precisamente el crecimiento tecnológico, nuestra habilidad para fabricar herramientas, lo que nos diferencia de las otras especies animales?
Dudo que la habilidad para fabricar herraientas sea realmente una característica esencial de la inteligencia. Quizá lo más importante sea el lenguaje. Creo que el diálogo liberará una clase de inteligencia más sutil que la empleada en hacer herramientas. La inteligencia que crea y utiliza herramientas es incapaz de organizar adecuadamente a una sociedad que tenga en cuenta las consecuencias de esas herramientas.
En general, cuando la gente habla de inteligencia superior, se refiere a la utilización individual de su inteligencia superior. ¿Cree que se puede obtener una inteligencia de grupo?
La mayor parte de nuestra vida es social. Si no tratamos las cosas desde un punto de vista social, el hecho de que existan individuos con mentes privilegiadas no va a cambiar la situación.
¿Recuerda en su infancia haberse preocupado por estos temas de los que hemos hablado ahora?
Cuando estaba en cuarto curso, el profesor nos pasó un libro de astronomía que influyó mucho en mi orientación científica posterior. Hablaba del sol, la tierra y los planetas, temas que me fascinaban. Sentía que era algo que estaba por encima del caos y de la pequeñez de lo que estábamos haciendo en nuestro pueblo. El libro empezaba con un breve poema de Francias Bourdillon:
Adaptación de la Revista Integral por el equipo de redactores de Vida Cotidiana.
¿Qué es lo que ha aprendido de sus investigaciones científicas sobre la naturaleza que le parezca importante compartir con nosotros, legos en la materia?
La necesidad de comprender que el mundo es un todo. La tendencia actual a fragmentarlo no es correcta. Hay que entablar un diálogo serio a fin de evitar mayor fragmentación y reparar la que hay en curso. No creemos que el entendimiento fragmentario de la realidad sea un problema, porque tenemos la suposición metafísica inconsciente de que la naturaleza está compuesta de fragmentos separados. Pero si miramos, por ejemplo, el problema de la contaminación, eso no es así. Un grupo de gente quiso fabricar aerosoles, sin pensar en las consecuencias. Pero resulta que el gas escapa, y ataca a la capa de ozono. O en la Amazonía dicen que queman la selva para obetner su porción de tierra cultivable. Los rusos producían energía nuclear para resolver sus problemas, pero Chernobil explotó y afectó a media Europa. Ninguna de estas actividades tiene en cuenta que todo está dinámicamente interconectado. No estoy en contra de tratar las cosas como partes, pero una parte no halla su significado más que en la totalidad.
Usted lleva muchos años de estudio de la teoría cuántica. ¿Hay algo en ella que sugiera la idea de un todo fundamental en la naturaleza?
A principios de este siglo, se observó que el hecho de que un electrón actúe como onda, o de que una onda actúe como un electrón, depende de las condiciones en las que se realiza el experimento. Es decir, depende de su entorno. Esto contradice la idea mecanicista - que comenzó a gestarse en el siglo XVII y que hoy todavía impera - en la que una parte es independiente de lo que le reodea. En los experimentos cuánticos, vemos que lo que sabemos del átomo como resultado de nuestro intento por verlo no puede separarse del contexto en el que el átomo existe, que incluye nuestra observación. Tomemos, por ejemplo, la superconductividad. Es una buena ilustración de un fenómeno dificil de explicar con el modelo mecanicista.
¿Qué es la superconductividad?
De ordinario, cuando se envía una corriente a través de un metal, los electrones que constituyen esa corriente encuentran mucha resistencia. A medida que van atravesando el metal chocan con diversas imperfecciones y se dispersan. De esta manera, empiezan a moverse al azar y pierden impulso. Pero en la superconductividad la corriente fluye indefinidamente, sin resistencia alguna. Esta propiedad solo aparece a temperaturas bastante bajas, en las que los electrones, juntos y con mucha energía, desarrollan de repente un movimiento que permanece en orden y no al azar. Aquí vemos que en un caso - a altas temperaturas - los electrones actúan como partes, mientras en otro caso - a baja temperatura - actúan como una unidad.
¿Cómo se explica esta diferencia en el comportamiento del electrón?
Mi idea es que un electrón es una partícula que va acompañada por una nueva clase de campo, al que podríamos llamar holístico. Un campo es algo que se extiende en el espacio. El imán es un buen ejemplo. Si desaparraman limaduras de hierro sobre un papel y se coloca un imán debajo, tendremos un campo que se irá debilitando a medida que se extiende en el espacio. El electrón posee un campo sutil de información activa que guía sus movimientos y que se halla finamente entretejido en su entorno. Podríamos decir que este campo sutil del electrón tiene una calidad mental rudimentaria.
Dialogar a Baja Temperatura
¿Es el electrón, con el sutil campo que lo guía, similar al cuerpo humano guiado por la inteligencia de su mente?
Cuando andamos nos guía nuestra mente. No nos impulsan o rechazan los árboles que nos rodean. El cuerpo físico es guiado mediante la percepción del entorno. Esto es lo que quiero decir cuando insisto que el electrón tiene una cualidad mental básica, lo que sugiere que no existe una división tan brusca entre materia y mente, hay mente incluso a nivel cuántico. Por consiguiente, del mismo modo que la información asimilada por nuestras mentes a través de los sentidos nos guía cuando andamos, ese campo aporta información y guía de sus movimientos. El campo del electrón se ve afectado por todo lo que le rodea. Si hay varias partículas, tenemos, según mi teoría, un único campo de información para todas ellas. De tal modo que si tocamos una, se produce un efecto inmediato en todas las demás. Están en contacto instantáneo a través del campo informativo. Es lo mismo que sucede con los seres humanos. Si tomáramos todos los individuos estrechamente relacionados y alguien golpeara a uno de ellos, los otros se inquietarían en seguida. Todo ser humano vive, a través de su mente, en un campo informativo.
¿Cómo se relaciona su idea de diálogo con estas ideas científicas sobre la unidad subyacente en la naturaleza?
Creo que tenemos que aprender a dialogar, porque el único modo de superar la situación de fragmentación es experimentando nuestra unidad juntos. Para que esto ocurra necesitamos una especie de comprensión social. La gente desarrolló en el pasado técnicas para potenciar la comprensión individual, una inteligencia superior en el individuo a través de la meditación o el desarrollo de la consciencia. Pero no hemos buscado métodos para desarrollar una inteligencia social superior. La mayor dificultad es que hemos organizado nuestras sociedades por medio de algoritmos - es decir, por medio de conjuntos de nosrmas por las que tratamos de afectarnos unos a otros como piezas de una máquina. El resultado es que no podemos dialogar sobre cosas que son realmente importanes. Este problema existe a nivel internacional cuando, por ejemplo, no se pueden debatir los verdaderos problemas en la mesa de conferencias. Debatimos detalles de menor importancia como el número de bombas o barcos o tanques que pueden eliminarse. Pero la verdadera cuestión es la declaración de principios que hace que sigamos siendo enemigos. Por ejemplo, los soviéticos defienden lo colectivo, los Estados Unidos, el invidualismo.
¿No cree que sería inútil? ¿No llevaría a un mero debate?
Cierto. Pero si no podemos hablar sobre la raíz del conflicto, no lo resolveremos nunca borrando del mapa bombas y barcos. El problema es que tan pronto como la gente empieza a discutir esas cosas, sube su temperatura. Se exaltan y no pueden escuchar al contrario. Se convierten en electrones individuales y chocan unos con otros. Los negociadores evitan todos los temas fundamentales porque saben que no están de acuerdo. Esta manera de comportarse no tiene mucha energía. Por lo tanto, tampoco hay mucha inteligencia.
En concreto ¿Cuál es su propuesta?
Consiste en generar una especie de superconductividad social con mucha energía en el intercambio y a baja temperatura. PAra conseguirlo necesitamos una situación en la que la gente pueda hablar libremente, sin un esquema y objetivo específico que guíe el desarrollo de la reunión y necesitamos tener un grupo bastante numeroso para que haya diversidad de opiniones. Cuando escuchamos a alguine, nos guste o no, lo que dice se convierte en parte de nosotros. Por consiguiente, si la temperatura es alga, se genera un conflicto tanto interno como externo. Pero con el diálogo, la temperaatura se mantiene baja y se crea un campo común donde la gente empieza a dejar de lado sus propias opiniones para escuchar las de los demás. De esta forma, todos participan de la opinión de todos. Esto es lo que entiendo por un campo común de información. En un momento dado, la gente reconoce que este campo común es más importante que los campos individuales. A partir de ahí se desarrolla un estado de inteligencia superior, de inteligencia social, es decir una especie de estado superconductivo. Así como la superconductividad permite cosas maravillosas como trenes que se mueven sin fricción, o circuitos donde la electricidad fluye a una velocidad increíble, de igual manera la inteligencia que se genera con el diálogo posibilita que existe algo nuevo en las relaciones humanas.
El olvido del yo
El diálogo, tal como usted lo describe, consiste en dejar de lado nuestra propia opinión. ¿Pero no considera básico el actuar desde una posición determinada y tener juicios y opiniones instantáneas acerca de las posiciones de los demás?Los antropólogos que han estudiado la conducta de grupos cazadores-recolectores, dicen que esta gente se sienta en un círculo sin tomar decisiones, y entonces parece que saben lo que han de hacer. No tienen un completo individualismo, ni sienten una presión colectiva. Es una forma de vida que no lleva al estrés que tenemos ahora. Sólo con el desarrollo de la tecnología creamos la autoridad, el premio y el castigo para que otros adopten nuestras ideas. Tuvimos que crear ejército para proteger estas ideas y toda clase de cureldad, tortura y engaño. Es decir, el crecimiento tecnológico ha empeorado nuestra situación psicológica.
Pero ¿no dicen los antropólogos que es precisamente el crecimiento tecnológico, nuestra habilidad para fabricar herramientas, lo que nos diferencia de las otras especies animales?
Dudo que la habilidad para fabricar herraientas sea realmente una característica esencial de la inteligencia. Quizá lo más importante sea el lenguaje. Creo que el diálogo liberará una clase de inteligencia más sutil que la empleada en hacer herramientas. La inteligencia que crea y utiliza herramientas es incapaz de organizar adecuadamente a una sociedad que tenga en cuenta las consecuencias de esas herramientas.
En general, cuando la gente habla de inteligencia superior, se refiere a la utilización individual de su inteligencia superior. ¿Cree que se puede obtener una inteligencia de grupo?
La mayor parte de nuestra vida es social. Si no tratamos las cosas desde un punto de vista social, el hecho de que existan individuos con mentes privilegiadas no va a cambiar la situación.
¿Recuerda en su infancia haberse preocupado por estos temas de los que hemos hablado ahora?
Cuando estaba en cuarto curso, el profesor nos pasó un libro de astronomía que influyó mucho en mi orientación científica posterior. Hablaba del sol, la tierra y los planetas, temas que me fascinaban. Sentía que era algo que estaba por encima del caos y de la pequeñez de lo que estábamos haciendo en nuestro pueblo. El libro empezaba con un breve poema de Francias Bourdillon:
"La noche tiene mil ojos/ y el día solo uno; la luz del mundo brillante muere/ con el sol moribundo./ La mente tiene mil ojos, y el corazón sólo uno;/ la luz de toda una vida muere,/ cuando el amor agoniza."Era como si alertara a no dar demasiado valor a todo aquel tesoro intelectual; quizá sólo fuera luz de estrellas. Era una idea escalofriante. Más tarde me di cuenta de que cualquier cosa que hiciéramos en el terreno de la ciencia, o en cualquier otro, no serviría de nada si no encontrábamos la manera de relacionarnos unos con otros en profundidad.
Adaptación de la Revista Integral por el equipo de redactores de Vida Cotidiana.
Quién es David Bohm
David Bohm es uno de los máximos exponentes de la Nueva Física, ciencia que, junto a otras disciplinas, está descubriendo una visión del mundo más acorde con las necesidades del planeta y de las personas.
Sus estudios le han convencido de que existe un "orden implicado" por debajo de la aparente multipliciadad y falta de sentido del mundo que observamos, y que en este universo sin costuras, la consciencia y la materia se entretejen y afectan mutuamente, al igual que en un individuo la salud mental influye en la salud física y viceversa.
Ultimamente Bohm dedica su atención a los problemas sociales, intentando aplicar sus conocimientos de áreas diversas y estimulando a pequeños grupos en Europa y Estados Unidos a que desarrollen un nuevo tipo de diálogo que supere la fragmentación y las desavenencias que nos separan.
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