Oficinas de WeWork y Google se parecen mucho a las ciudades de compañías explotadoras del pasado
En VideoAmp, plataforma de datos y software, el CEO Rory McCray “fomenta un ambiente donde sus empleados prácticamente viven en la oficina", reportó la BBC en Febrero de 2017. Entrenadores personales, instructores de yoga, comidas y juegos son todos provistos en la oficina de Santa Mónica y los empleados llegan temprano, se vuelven "adictos a la productividad" y a menudo están hasta tarde.
Mientras tanto, WeWork, empresa emergente que renta espacio de co-trabajo y de oficinas, está involucrada en la renovación Dock 72, un enorme edificio de 675.000 pies cuadrados localizado en el Navy Yard de Broklyn. Y Dock 72, cuenta con comodidades que incluyen comida orgánica, oficinas de conferencias y gimnasios - por no mencionar la promesa de encuentros fortuitos con otros emprendedores extrovertidos - podría ser según el New York Times, “la clase de lugar que usted nunca tiene que dejar.”
Mientras estos intentos de empacar espacios de trabajo con todo lo que un empleado puede necesitar para vivir parece una novedad, en realidad tienen un paralelo histórico directo y bastante sombrío. Sin saberlo, VideoAmp, WeWork, y muchas más compañías de tecnología prominentes como Google y Facebook están inspirados en un modelo que, hasta principios del siglo XX, fue un experimento social implementado en minas de carbón, fábricas textiles, plantas de acero e incluso fábricas de chocolate: la ciudad de la compañía.
La mayor parte de las ciudades de las compañías compartieron las siguientes características: un requerimiento a una fuerza laboral relativamente grande para vivir en las proximidades del molino, la mina, la planta de acero, la fábrica o el campo de petróleo (esto era, en muchas instancias, antes de que las autopistas y los automóviles facilitaran el viaje a larga distancia); la compañía era propietaria de la tierra que rodeaba la fábrica, molino, planta, etc.; la vivienda se brindaba como parte del pago del trabajador que, en un buen número de casos, era propiedad de la empresa; una tienda de la compañía cuyos precios tendían a estar muy por encima de aquellos del mercado, tal competición había sido permitida y los dueños y gerentes que ejercían poder político con el fin de reforzar políticas estrictas sobre el comportamiento moral y la conducta apropiada.
Conforme al historiador Hardy Green en The Company Town: The Industrial Edens and Satanic Mills That Shaped the American Economy, las ciudades de las compañías caen en algún lugar de un espectro entre la explotación abierta (lo que llama “Exploitationville”) y los ideales inalcanzables (en sus palabras “Utopias”). Muchas ciudades de las compañías mineras de carbón pronto se convirtieron en Exploitationvilles. Por ejemplo, la realidad sombría de la vida de los mineros de carbón en Muhlenberg County, Kentucky fue cantada de manera conmovedora en 1955 por Tennessee Ernie Ford en “16 Toneladas”:
Cargas dieciseis toneladas, ¿qué obtienes?
Otro día más viejo y más profundo en deuda
San Pedro, no me llames porque no puedo ir
Debo mi alma a la tienda de la compañía
Trágicamente, la linea final alude a la deuda de condición de esclavo en la que muchos mineros cayeron y de la que nunca fueron exonerados - porque no habían Jubileos de Deuda - mientras sus salarios continuaban sin cubrir sus costos de vida y mientras los precios de lo esencial en las tiendas de la compañía seguían siendo onerosos. En resumen, Hardy relata que estas Exploitationvilles estaban diseñadas para "reconciliar a los trabajadores con vidas de trabajo casi incesante y mal pagado".
Sin embargo, aparte de Exploitationvilles, también existían Utopías basadas en una combinación de enseñanzas Cristianas y paternalismo benevolente. Fundada en los inicios de los años 1900, la ciudad de Milton Hershey, Hershey Pensilvania, es tal vez el ejemplo más prominente y aún existente. En Pensilvania rural, la plenitud de la vida en el campo se combinó con el cuidado a los empleados a través de alojamientos decentes, buenos salarios y buenas escuelas para mejorar la vida de los empleados de Hershey. Sin embargo, desde el comienzo fue bienestar corporativo y el paternalismo en el trabajo en acción, mientras que las libertades políticas y de otro tipo se intercambiaron por la seguridad financiera.
A pesar de las apariencias, las compañías modernas como WeWork, ViedoAmp y Google están tomando páginas del manual estratégico de la ciudad de la compañía. Desde un punto de vista meramente formal, las compañías modernas llenas de comodidades parecen lo que Green llama los "molinos satánicos" y "edenes industriales" de las ciudades de la compañía en que están construidos sobre cuatro pilares centrales que serán erigidos una y otra vez a medida que avanzamos desde la era industrial hacia la del trabajo de conocimiento:
Para ver la influencia invisible del modelo de la ciudad de la compañía en las vidas de los profesionales de cuello blanco, podemos seguir la breve historia del edificio de oficinas, pasando primero por por el nacimiento del rascacielos y entonces, más recientemente, el del campus corporativo.
Después de la Segunda Guerra Mundial y especialmente durante el apogeo de la Guerra Fría, el rascacielos se hizo más popular para algunas corporaciones relacionadas con la investigación industrial y fue así suplantado por un nuevo modelo para las oficinas corporativas. Alrededor de este tiempo, las corporaciones comenzaron a huir del centro urbano hacia la periferia suburbana. Lo que los llevó a los suburbios fue, de acuerdo con el arquitecto paisajista y académico Louis Mozingo, “el ideal pastoril”, un ideal evocador de "una naturaleza familiar, tranquila y cultivada como contraparte de la ciudad", con su fealdad industrial y asociación con el crimen. Los efectos calmantes de lo pastoril eran considerados beneficiosos para los estados mentales y las capacidades productivas de los trabajadores intelectuales.
Mozingo expone además que tres modelos de oficina corporativos relacionados surgieron durante este tiempo: la urbanización corporativa (edificios, como urbanizaciones, apartados de la carretera o autopista y anidados dentro de un gran entorno pastoril ondulado), el campus corporativo (que fue modelado sobre el campus universitario Americano) y el parque de oficinas corporativas (un cluster de oficinas enmarcadas, por jardines bien cuidados y estanque artificial).
Lo que nos lleva al Googleplex, un campus corporativo rediseñado en 2004 por Clive Wilkinson Architects. Wilkinson argumentó en contra de los cubículos y a favor del diseño abierto, señalando el "impacto inmenso que el ambiente tiene sobre la productividad y la eficacia". El Googleplex, que está cerca de Palo Alto, fue modelado explícitamente sobre el campus universitario:
Una visión primaria fue fundir la idea del lugar de trabajo con las experiencias encontradas en un ambiente educacional dentro de una nueva forma de trabajar y de mantener una ventaja. El razonamiento para esto fue la idea que dentro del sistema universitario estructurado libremente, hay recursos disponibles para permitir al individuo concebir, investigar y ejecutar lo imposible - y así es como Google fue originalmente concebido.En el Googleplex, las comodidades incluyen comida gratis, un centro de bienestar, en algunos casos transporte público gratis, terapeutas de masajes disponibles. Al visitar el campus corporativo, Saval, el autor de Cubed, sugiere que "está destinado a ser un universo autocontenido" evocador no solo del vibrante mundo intelectual de Stanford sino también del pequeño pueblo, con su Calle Principal que se divide en varios vecindarios.
Aún así, son muy evidentes en Pleasantville las características de centralidad, acotación, insularidad y completitud. Justo como el empleado de Hershey vio su vida entera orbitar en torno de la fábrica Hershey y justo como los días de la secretaria de Chicago de mitad de siglo giraban en torno al rascacielos del centro, así el Googler ve su vida pasando por la soleada Mountain View mientras monta bicicleta alrededor del bien cuidado Googleplex.
Y sin embargo, lo que permanece firmemente en su lugar es la piedra angular de la estructura formal: la forma en que las energías de las personas quedan encorraladas y canalizadas para que puedan ser vertidas de manera única y obsesiva en el trabajo; la falta de consciencia experiencial que existe una "vida floreciente y vibrante" (tomando prestados algunos adjetivos de William James) fuera de las industrias financieras o tecnológicas: la sensación de vivir en una burbuja, con sus reglas insulares, estratagemas para el avance profesional y juegos de estatus, y el sentimiento de que todo lo importante está sucediendo allá mismo. En todo esto, lo que ha permanecido entondes es una idea muy poderosa: la microtopia del trabajo total, donde el trabajo se convierte en el todo y el fin de la existencia humana.
Rechazar todo esto, entonces, significa desafiar las cuatro características que he discutido - específicamente, centralidad, acotación, insularidad y completitud. Supongamos que el trabajo es importante en la medida en que nos provee los medios de subsistencia, aunque, por todo esto, ha permanecido periférico al florecimiento humano, supongamos que el trabajo fuera honestamente incompleto cuando está establecido dentro del alcance generoso de una vida bien dirigida, que dónde, cómo y cuando trabajemos fuera menos rígido y más flexible y fluido, y que nos animaran a no volvernos insulares en nuestros hábitos y opiniones sino a ser radicalmente abiertos a puntos de vista más diversos. Tal visión no exhibiría los peligros de la economía del espectáculo sino que sería el punto de partida para un futuro del trabajo genuinamente humano.
Fuente: https://qz.com/work/1468550/tech-campuses-have-a-exploitative-historical-parallel-company-towns/
Mientras tanto, WeWork, empresa emergente que renta espacio de co-trabajo y de oficinas, está involucrada en la renovación Dock 72, un enorme edificio de 675.000 pies cuadrados localizado en el Navy Yard de Broklyn. Y Dock 72, cuenta con comodidades que incluyen comida orgánica, oficinas de conferencias y gimnasios - por no mencionar la promesa de encuentros fortuitos con otros emprendedores extrovertidos - podría ser según el New York Times, “la clase de lugar que usted nunca tiene que dejar.”
Mientras estos intentos de empacar espacios de trabajo con todo lo que un empleado puede necesitar para vivir parece una novedad, en realidad tienen un paralelo histórico directo y bastante sombrío. Sin saberlo, VideoAmp, WeWork, y muchas más compañías de tecnología prominentes como Google y Facebook están inspirados en un modelo que, hasta principios del siglo XX, fue un experimento social implementado en minas de carbón, fábricas textiles, plantas de acero e incluso fábricas de chocolate: la ciudad de la compañía.
La ciudad de la compañía como modelo corporativo
Producto en gran parte de la industrialización en lo siglos XVIII y XIX y en algunos casos, se extiende hasta mediados del siglo XX, la ciudad de la compañía comenzó como un experimento social. ¿Podría una compañía, centrada en una única industria, como minería, textiles o acero, crear una ciudad propia donde los trabajadores vivieran y trabajaran durante muchos, muchos años - tal vez desde la cuna a la tumba? ¿Podría engullirlos? Mientras que en El Manifiesto Comunista, Marx y Engels llamaron a los "trabajadores del mundo" a unirse, aquí eran construidos lugares totalmente conforme a la imaginación codiciosa o benevolente de los propietarios.La mayor parte de las ciudades de las compañías compartieron las siguientes características: un requerimiento a una fuerza laboral relativamente grande para vivir en las proximidades del molino, la mina, la planta de acero, la fábrica o el campo de petróleo (esto era, en muchas instancias, antes de que las autopistas y los automóviles facilitaran el viaje a larga distancia); la compañía era propietaria de la tierra que rodeaba la fábrica, molino, planta, etc.; la vivienda se brindaba como parte del pago del trabajador que, en un buen número de casos, era propiedad de la empresa; una tienda de la compañía cuyos precios tendían a estar muy por encima de aquellos del mercado, tal competición había sido permitida y los dueños y gerentes que ejercían poder político con el fin de reforzar políticas estrictas sobre el comportamiento moral y la conducta apropiada.
Conforme al historiador Hardy Green en The Company Town: The Industrial Edens and Satanic Mills That Shaped the American Economy, las ciudades de las compañías caen en algún lugar de un espectro entre la explotación abierta (lo que llama “Exploitationville”) y los ideales inalcanzables (en sus palabras “Utopias”). Muchas ciudades de las compañías mineras de carbón pronto se convirtieron en Exploitationvilles. Por ejemplo, la realidad sombría de la vida de los mineros de carbón en Muhlenberg County, Kentucky fue cantada de manera conmovedora en 1955 por Tennessee Ernie Ford en “16 Toneladas”:
Cargas dieciseis toneladas, ¿qué obtienes?
Otro día más viejo y más profundo en deuda
San Pedro, no me llames porque no puedo ir
Debo mi alma a la tienda de la compañía
Trágicamente, la linea final alude a la deuda de condición de esclavo en la que muchos mineros cayeron y de la que nunca fueron exonerados - porque no habían Jubileos de Deuda - mientras sus salarios continuaban sin cubrir sus costos de vida y mientras los precios de lo esencial en las tiendas de la compañía seguían siendo onerosos. En resumen, Hardy relata que estas Exploitationvilles estaban diseñadas para "reconciliar a los trabajadores con vidas de trabajo casi incesante y mal pagado".
Sin embargo, aparte de Exploitationvilles, también existían Utopías basadas en una combinación de enseñanzas Cristianas y paternalismo benevolente. Fundada en los inicios de los años 1900, la ciudad de Milton Hershey, Hershey Pensilvania, es tal vez el ejemplo más prominente y aún existente. En Pensilvania rural, la plenitud de la vida en el campo se combinó con el cuidado a los empleados a través de alojamientos decentes, buenos salarios y buenas escuelas para mejorar la vida de los empleados de Hershey. Sin embargo, desde el comienzo fue bienestar corporativo y el paternalismo en el trabajo en acción, mientras que las libertades políticas y de otro tipo se intercambiaron por la seguridad financiera.
A pesar de las apariencias, las compañías modernas como WeWork, ViedoAmp y Google están tomando páginas del manual estratégico de la ciudad de la compañía. Desde un punto de vista meramente formal, las compañías modernas llenas de comodidades parecen lo que Green llama los "molinos satánicos" y "edenes industriales" de las ciudades de la compañía en que están construidos sobre cuatro pilares centrales que serán erigidos una y otra vez a medida que avanzamos desde la era industrial hacia la del trabajo de conocimiento:
- Centralidad: Las ciudades de las compañías hacían el trabajo central como también sumamente demandante con el fin de extraer la mayor cantidad de trabajo productivo de sus trabajadores.
- Acotación: Ellos efectivamente bloqueaban los perímetros de tal forma que el mundo exterior no estaba inmediatamente disponible para los trabajadores.
- Insularidad: Ellos buscaban mantener a los trabajadores dentro de la ciudad asegurándose que sus necesidades materiales y sociales fueran satisfechas - ya sea bien o mal.
- Completitud: Ellos se presentaban a sí mismos como tan completos que los trabajadores en principio no tendrían razón para sentir que algo significativo hacía falta en sus vidas.
Para ver la influencia invisible del modelo de la ciudad de la compañía en las vidas de los profesionales de cuello blanco, podemos seguir la breve historia del edificio de oficinas, pasando primero por por el nacimiento del rascacielos y entonces, más recientemente, el del campus corporativo.
El rascacielos como una ciudad de trabajo en miniatura
Paralelos extraños con la ciudad de la compañía pueden ser discernidos en la invención y el uso del rascacielos de cuello blanco. Sobre esto, el periodista Nikil Saval en Cubed: A Secret History of the Workplace, escribe:Al buscar entretenimiento, los trabajadores de oficina en Chicago [de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX] raramente tenían que dejar sus edificios. Jardines en las terrazas estaban disponibles sobre muchos edificios y en los meses más cálidos albergaban producciones teatrales, conciertos y shows de vodevil. Barberías, puestos de diarios, servicios de banca, lavanderías en seco y sastres, oficinas de doctores y dentistas, librerías, restaurantes, cuartos de recreación - todo esto estaba disponible en los mejores edificios de oficinas en Chicago, aspectos que arquitectos y gerentes de construcción diligentes emularon a lo largo del país. Algunos edificios se convirtieron en ciudades en miniatura, era casi posible para algunos trabajadores de oficina evitar la totalmente la vida de la ciudad.Aunque las características opresivas de Exploitionville habían desaparecido, aún estaban presentes las características fundamentales de centralidad, acotación, insularidad y completitud; mientras algunos edificios se convirtieron en "ciudades en miniatura" y epicentros de trabajo. Posiblemente, un mecanógrafo de la mitad del siglo podía llegar a ver este pequeño mundo como el mundo, para todos sus efectos y propósitos.
El campus corporativo como Pleasantville
Muchas firmas de tecnología hoy encuentran la oficina modelada sobre el campus universitario más atractiva que el rascacielos, un símbolo de destreza financiera y de negocios como de costumbre. Pero ¿podrían estos campus soportar también el perfil de ciudades de la compañía?Después de la Segunda Guerra Mundial y especialmente durante el apogeo de la Guerra Fría, el rascacielos se hizo más popular para algunas corporaciones relacionadas con la investigación industrial y fue así suplantado por un nuevo modelo para las oficinas corporativas. Alrededor de este tiempo, las corporaciones comenzaron a huir del centro urbano hacia la periferia suburbana. Lo que los llevó a los suburbios fue, de acuerdo con el arquitecto paisajista y académico Louis Mozingo, “el ideal pastoril”, un ideal evocador de "una naturaleza familiar, tranquila y cultivada como contraparte de la ciudad", con su fealdad industrial y asociación con el crimen. Los efectos calmantes de lo pastoril eran considerados beneficiosos para los estados mentales y las capacidades productivas de los trabajadores intelectuales.
Mozingo expone además que tres modelos de oficina corporativos relacionados surgieron durante este tiempo: la urbanización corporativa (edificios, como urbanizaciones, apartados de la carretera o autopista y anidados dentro de un gran entorno pastoril ondulado), el campus corporativo (que fue modelado sobre el campus universitario Americano) y el parque de oficinas corporativas (un cluster de oficinas enmarcadas, por jardines bien cuidados y estanque artificial).
Lo que nos lleva al Googleplex, un campus corporativo rediseñado en 2004 por Clive Wilkinson Architects. Wilkinson argumentó en contra de los cubículos y a favor del diseño abierto, señalando el "impacto inmenso que el ambiente tiene sobre la productividad y la eficacia". El Googleplex, que está cerca de Palo Alto, fue modelado explícitamente sobre el campus universitario:
Una visión primaria fue fundir la idea del lugar de trabajo con las experiencias encontradas en un ambiente educacional dentro de una nueva forma de trabajar y de mantener una ventaja. El razonamiento para esto fue la idea que dentro del sistema universitario estructurado libremente, hay recursos disponibles para permitir al individuo concebir, investigar y ejecutar lo imposible - y así es como Google fue originalmente concebido.En el Googleplex, las comodidades incluyen comida gratis, un centro de bienestar, en algunos casos transporte público gratis, terapeutas de masajes disponibles. Al visitar el campus corporativo, Saval, el autor de Cubed, sugiere que "está destinado a ser un universo autocontenido" evocador no solo del vibrante mundo intelectual de Stanford sino también del pequeño pueblo, con su Calle Principal que se divide en varios vecindarios.
Aún así, son muy evidentes en Pleasantville las características de centralidad, acotación, insularidad y completitud. Justo como el empleado de Hershey vio su vida entera orbitar en torno de la fábrica Hershey y justo como los días de la secretaria de Chicago de mitad de siglo giraban en torno al rascacielos del centro, así el Googler ve su vida pasando por la soleada Mountain View mientras monta bicicleta alrededor del bien cuidado Googleplex.
¿Y si rechazamos todo esto?
La ciudad empresa no es, por supuesto, el rascacielos de alta gama o el campus corporativo pastoril, pero nos provee con analogías funcionales y con formas de considerar cómo la historia aún influye en lo que parece ser algo completamente nuevo. Lo que ha cambiado es que el doloroso trabajo duro de la labor física ha sido superado, al menos en el mejor de los casos, por el poder creativo del trabajo intelectual. Además las condiciones de trabajo infrahumanas de la mina de carbón puede ser contrastado con las increíbles comodidades logradas por los empleados en las principales firmas. Las grandes aversiones, en resumen, han desaparecido y en su lugar llegan los objetos del deseo.Y sin embargo, lo que permanece firmemente en su lugar es la piedra angular de la estructura formal: la forma en que las energías de las personas quedan encorraladas y canalizadas para que puedan ser vertidas de manera única y obsesiva en el trabajo; la falta de consciencia experiencial que existe una "vida floreciente y vibrante" (tomando prestados algunos adjetivos de William James) fuera de las industrias financieras o tecnológicas: la sensación de vivir en una burbuja, con sus reglas insulares, estratagemas para el avance profesional y juegos de estatus, y el sentimiento de que todo lo importante está sucediendo allá mismo. En todo esto, lo que ha permanecido entondes es una idea muy poderosa: la microtopia del trabajo total, donde el trabajo se convierte en el todo y el fin de la existencia humana.
Rechazar todo esto, entonces, significa desafiar las cuatro características que he discutido - específicamente, centralidad, acotación, insularidad y completitud. Supongamos que el trabajo es importante en la medida en que nos provee los medios de subsistencia, aunque, por todo esto, ha permanecido periférico al florecimiento humano, supongamos que el trabajo fuera honestamente incompleto cuando está establecido dentro del alcance generoso de una vida bien dirigida, que dónde, cómo y cuando trabajemos fuera menos rígido y más flexible y fluido, y que nos animaran a no volvernos insulares en nuestros hábitos y opiniones sino a ser radicalmente abiertos a puntos de vista más diversos. Tal visión no exhibiría los peligros de la economía del espectáculo sino que sería el punto de partida para un futuro del trabajo genuinamente humano.
Fuente: https://qz.com/work/1468550/tech-campuses-have-a-exploitative-historical-parallel-company-towns/
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